Los mejillones forman parte de nuestra cultura gastronómica y se pueden cocinar de mil maneras distintas. El problema está cuando nunca los has cocinado y quieres hacer una receta en casa. Limpiar mejillones no es difícil pero hay que conocer cómo y sobretodo encontrar una manera fácil y rápida.
El mejillón: un molusco de gran valor gastronómico
Antes de conocer cómo limpiar los mejillones, conozcámos un poco mejor este rico molusco. Los mejillones son animales filtradores que viven fijados al sustrato, de dónde sacan su alimento. Para conseguirlo lo hacen a través de un órgano que actúa como un pie, el biso. Este está compuesto por unos hilos que se enganchan a cualquier terreno, como las rocas. Gracias al biso pueden incluso quedarse enganchados y no moverse cuando hay corrientes marítimas.
Las valvas son las conchas, que protegen al mejillón de los ataques exteriores. Antes de limpiar los mejillones seguro que observareis que tienen parásitos incrustados en la parte externa, como las bellotas de mar. No es un problema para el mejillón, ya que se alimentan de plancton y sólo se ha adherido al molusco para vivir, no le hace ningún daño.
El mejillón más abundante es el mediterráneo, que además es una especie invasora que ha llegado hasta el mar Cantábrico. El mejillón de Galicia es el más conocido y constituye el 80% de la producción española.
Ahora que conocemos un poco mejor qué es y cómo vive, veamos cómo limpiar los mejillones correctamente.
Cómo limpiar los mejillones
Todas las recetas que incluyan la concha del mejillón se deben limpiar a conciencia, para no dejar parásitos. Antes de limpiar los mejillones hay que fijarse bien como se encuentran las conchas: si están abiertas o rotas se deben retirar. Las que estén bien cerradas se rasparan con un cuchillo una por una. Es importante tener claro que hay que limpiar los mejillones en seco.
Un truco para saber si un mejillón está vivo y por tanto se cierra al contacto, es darle un golpe seco con el mango del cuchillo. Si está vivo se cerrará y si está muerto se quedará abierto. Todos los mejillones que se vayan limpiando se van dejando en un cuenco, también en seco, no los dejéis en remojo. Una vez los tengáis todos limpios será el momento de lavarlos con agua fría, sin dejar de mover los mejillones, para que no se den golpes entre ellos y se acaben rompiendo. Para que queden bien limpios y libres de arena o de parásitos hay que repetir la acción un par de veces más.
Otros consejos para tener los mejillones limpios
Muchos cocineros no quieren limpiar los mejillones porque consideran que pierden su auténtico aroma a mar, igual que hay gente que no quiere lavar el pescado. Otros defienden que su sabor se encuentra en el interior y que su concha no es importante. Como veis, hay opiniones para todos los gustos, nosotros os aconsejamos que ante la duda limpiéis los mejillones.
Otro consejo importante a tener en cuenta es el momento de quitar el biso, los filamentos que lo ayuda a mantenerse adherido a las rocas. Para quitarlo correctamente hay que ayudarse de un cuchillo tirando con fuerza hacia abajo. Si no lo hacéis así existe la posibilidad de dañar la carne del interior.
Como podéis comprobar limpiar mejillones no es muy difícil pero sí que es verdad que la primera vez que lo intentas vas un poco perdido. ¡Por eso esperamos que os sirvan de ayuda nuestros consejos!